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Columna de JOHANA FERNANDEZ

Ganadora del premio Mujer INfluyente Innovación 2024/ General de Innova Global/ Fundadora y Directora de RFD/ Ingeniera Comercial experiencia en emprendimiento, innovación y competitividad / Diplomado en la Industria de la Moda de Marketing de Moda y Lujo / Lidera programa Runway Fashion Design e Impacta Sostenible (RFD).


UN CAMINO DIFICIL Y SOLITARIO


Cuando comencé a soñar con ser mi propia jefa, siempre escuchaba que el camino del emprendedor era difícil y solitario, lo que muchas veces me llevó a retroceder en la idea de arriesgarme a “hacer que mis propuestas se transformaran en una realidad, y con ello en una empresa”.


Pero las personas que creamos constantemente sabemos que hay algo fuerte en nuestro interior que nos impulsa a ir por más y que nos cuesta acallar hasta que lo hacemos realidad.


En septiembre del 2023 tomé la decisión de renunciar a una gerencia de operaciones que tuve por más de seis años en un cowork de la región del Biobío, donde impactaba positivamente a emprendedores y empresas de la zona sur de Chile.


Decidí adentrarme al mundo de los negocios de lleno.


Aunque desde el 2019 ya tenía una empresa de consultoría llamada Innova Global, no me había decidido a dedicarle mi tiempo por completo. Fue hasta la pandemia, cuando me di cuenta de que debía hacer cosas que llenaran mi alma a diario e impactaran en más personas, que tomé la decisión.


Ese sueño se convirtió en realidad cuando creé Runway Fashion Design (RFD), un programa que busca poner en valor el trabajo de diseñadores y artesanos de mi país y del mundo a partir de una franquicia que trabaja con tres pilares: la formación, la visibilización y la internacionalización.


A la fecha, he ejecutado dos programas y actualmente hay dos convocatorias abiertas, para Tarapacá y Santiago, donde lidero y gestiono todo lo necesario para atender a nuestros usuarios de forma gratuita durante seis meses. Esto culmina con un congreso y una pasarela de alta moda a partir de residuos textiles y de basura, un trabajo reconocido a nivel nacional e internacional.


Difícil. Emprender ha sido difícil si pienso en todas las barreras y obstáculos que he tenido para validar mis ideas en un mundo de modelos de negocio tradicionales (compra-venta) y buscar financiamiento para hacerlas realidad, algo complejo para ideas sociales y disruptivas.


Sin embargo, hoy prefiero decir que no ha sido difícil, sino desafiante.


El camino conlleva desafíos constantes que me han permitido elevar mi nivel de conocimiento, relacionamiento y, con ello, mi autoconfianza.

   •   Conocimiento, porque he tenido que instruirme en todas las áreas que conlleva tener una empresa y entender cómo funciona el sector en el que trabajo: las industrias creativas y la sostenibilidad.

   •   Relacionamiento, porque he aprendido que la colaboración y la proximidad constante son claves para alcanzar la confianza de las empresas y las personas que han decidido apoyarme en este desafío de ser empresaria, mujer, liderar equipos y adentrarme en el mundo de la innovación social y la sostenibilidad.


He contado con el apoyo de grandes entidades públicas, como CORFO y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, así como empresas privadas que han creído en este camino. Destaco especialmente a Teck Quebrada Blanca, con quienes hemos trabajado por más de un año en pro de mujeres, entre ellas aymaras y changos, en el mundo de la moda y la artesanía sostenible.


Mantener relaciones con entidades tan importantes ha implicado responder con excelencia y amor al trabajo, mantener una retroalimentación constante y hacerlos partícipes de los logros, compartiendo cada éxito. Esto ha sido clave para avanzar en un trabajo asociativo real.


Entonces, me pregunto:

¿Es solitario el camino del emprendedor?

Prefiero decir que esa es una decisión personal. En mi caso, no lo he tomado como algo solitario, sino colaborativo, ausente de egoísmos y, por encima de todo, buscando el bien común.


En este camino conocí, gracias a una gran amiga, Constanza Cuevas, directora de la Fundación Spirit, a Mujeres INfluyentes (MI), una organización con un directorio muy humano y dedicado a potenciar a mujeres como yo, que buscamos generar impacto.


En diciembre del 2024, MI me premió con un galardón en la categoría Mujer INfluyente en Innovación: “Entrega un legado”, lo cual me impulsó a seguir apoyando y visibilizando a otras personas que no cuentan con plataformas ni recursos para hacerlo.


MI ha sido uno de los espacios de crecimiento y relacionamiento más importantes en los que he participado. Su trabajo permite confluencias que fortalecen la autoconfianza y el empoderamiento de quienes formamos parte de su comunidad.


Cuando creemos que nuestras ideas y proyectos pueden impactar en otros, y que los resultados deben ser compartidos con quienes nos acompañan en el camino, es cuando el impacto se vuelve mayor, sostenible y se transforma en un legado. Ese legado permanece en el corazón de quienes participaron en el proceso y en quienes gestamos y lideramos la concreción de esas ideas.


Por eso, considero que el camino del emprendedor no es difícil ni solitario, sino desafiante y colaborativo. Estas palabras impulsan el crecimiento personal y una visión noble y convocante, que al final nos llena de satisfacción y fuerza para seguir adelante.


Y tú, ¿quieres ser parte del cambio hacia una industria de la moda más circular y sostenible?

En RFD tienes un espacio.


Gracias! 

Jo.


Instagram @by.jofernandez



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